1. Hasta un 10% de la población estadounidense puede padecer SPI.
Puede aparecer en cualquier etapa de la vida y afectar a ambos sexos, aunque las mujeres son más propensas. Muchas personas que experimentan síntomas graves son de mediana edad o mayores y, con el tiempo, estos síntomas tienden a hacerse más persistentes y prolongados.
El SPI suele persistir durante toda la vida y no tiene cura conocida. No obstante, existen tratamientos accesibles para aliviar los síntomas.
2. El SPI es a la vez un trastorno del sueño y un trastorno del movimiento
Los síntomas suelen manifestarse a última hora de la tarde o por la noche, y alcanzan su máxima intensidad por la noche, durante los periodos de descanso. El SPI puede alterar considerablemente el sueño, lo que dificulta conciliarlo o reanudarlo tras despertarse. Además, las molestias pueden aliviarse a menudo moviendo las piernas o caminando, pero estas sensaciones reaparecen con frecuencia una vez que el movimiento disminuye. Dado que el movimiento es necesario para aliviar los síntomas, también se clasifica como trastorno del movimiento.
3. El daño nervioso desempeña un papel
Los investigadores han hallado una estrecha relación entre el síndrome de las piernas inquietas y los problemas sensoriales que suelen observarse en la neuropatía periférica. Esto sugiere que la forma en que nuestro cuerpo procesa las sensaciones podría contribuir al desarrollo del SPI.
La neuropatía periférica es un trastorno nervioso caracterizado por el deterioro de los nervios sensoriales situados en la periferia del cuerpo, a menudo como consecuencia de enfermedades o lesiones específicas. Los síntomas pueden variar de un individuo a otro y abarcar sensaciones como hormigueo, entumecimiento, aumento de la sensibilidad y dolor agudo e intenso en las extremidades.
4. La falta de hierro puede causar SPI
La investigación ha estudiado detenidamente la relación entre los niveles bajos de hierro y las piernas inquietas. Los estudios demuestran que las personas con piernas inquietas suelen tener menos hierro en su organismo que la media.
5. El SPI puede ser genético
Según la Clínica Cleveland, el SPI puede ser genético, y el 92% de los pacientes tienen un pariente con este trastorno. Los individuos genéticamente predispuestos al SPI suelen presentar síntomas a una edad más temprana que los que no tienen antecedentes familiares de este trastorno.
Aunque el síndrome de las piernas inquietas no se considera potencialmente mortal, puede resultar bastante molesto. Diagnosticar el SPI puede suponer un reto para los médicos, ya que no existe una prueba definitiva para detectarlo. Si tiene síntomas de SPI, es aconsejable que consulte a su médico. Este paso puede ayudar a descartar otras afecciones, como la neuropatía periférica.
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Fuentes
- “Síndrome de Piernas Inquietas (SPI): ¿Qué es y cuáles son sus síntomas?”.WinSanTor
- “Síndrome de piernas inquietas vs. Neuropatía periférica: ¿Cuál es?”. WinSanTor
- “Síndrome de piernas inquietas y neuropatía periférica”. BMJ Journals – Revista de Neurología, Neurocirugía y Psiquiatría
- “6 datos sorprendentes sobre el síndrome de las piernas inquietas”. Clínica Médica de Atlanta
“Síndrome de las piernas inquietas”. Instituto Nacional de Salud
“Síndrome de las piernas inquietas”. Clínica Cleveland